Las fragancias no solo son aromas determinados. Son mucho más que una fórmula que suma unos ingredientes precisos. Un aroma traspasa la posibilidad de una definición. Implica penetrar en el mundo de las emociones y dejarnos guiar por un camino marcado por nuestras experiencias.
Las fragancias y la memoria olfativa
Las fragancias tienen un gran poder de transformación cuando las aspiras. A veces se convierten en recuerdos que salen a la luz mientras que otras son solo un algo impreciso que se te escapa sin que puedas nombrarlo. Sea como sea siempre son capaces de generar sentimientos, traer imágenes a nuestra cabeza y hacernos viajar en el tiempo y el espacio.
Estas sensaciones conectan con una parte del cerebro humano que alberga un yo irracional y sin aditivos. El espacio donde se produce la conexión de lo que aprehendes a través de tus sentidos con las experiencias previas que has vivido.
La memoria olfativa
La memoria olfativa es una capacidad con peso específico en las reacciones que tenemos y en cómo nos comportamos ante ciertos estímulos.
Las marcas y empresas cada vez son más conscientes de la relevancia de las fragancias sobre la modulación de las respuestas humanas. Esta es la razón del auge del marketing olfativo y los ambientadores profesionales.
Los aromas que preferimos
A través de la utilización de fragancias determinadas puedes lograr que una persona realice instintivamente una asociación directa entre ese concreto aroma y la marca a la que representa. Además, es posible conseguir establecer una conexión entre lo que intenta evocarse y el negocio en sí.
Todos tenemos aromas que nos influyen. Algunos pasan incluso a formar parte de la memoria colectiva marcando a generaciones enteras y otros pertenecen al ámbito íntimo de cada uno.
La vida está llena de olores y cada cual tiene sus preferencias, pero hay fragancias que vas a reconocer siempre y siempre emiten algo bueno.
Fragancias favoritas
- Olor a bebé: esa mezcla indefinida entre talco y dulzura evoca una sensación de ternura que te hace sentir a gusto.
- Galletas o dulces: traen buenos recuerdos (infancia, cines, recreos) y además despiertan el apetito, por eso funcionan muy bien en cadenas de alimentación, salas de cine, etc.
- Naturaleza: Hierba, florales como rosas blancas, océano, etc. Ayudan a que te sientas mejor en lugares cerrados y concurridos porque te conectan con el exterior.
- Limpieza: Los olores como Flor de algodón o te blanco son olores que se agradece siempre. Cuidar de tu negocio supone preocuparte de todos los detalles y la higiene del cuarto de baño es algo fundamental. Para conseguirla resulta muy eficaz el uso de productos bacteriostáticos. El olor a limpio es, además, un plus que expresa a tus clientes cuánto te preocupa su bienestar.
- Canela, manzana o vainilla: el olor a hogar es un aroma que invita a quedarse porque solemos asociarlo a un lugar confortable en el que nos sentimos cómodos y tranquilos.
- Frutas: el Mango o el Higo te trasladan directamente al verano y los cítricos aportan frescor y dinamismo. Son aromas optimistas que nos alegran el día.
Confía tu olor a profesionales
Piensa que las fragancias son vehículos de comunicación. Transmiten un mensaje que captamos inconscientemente. No se trata solo de que un espacio huela bien, sino que huela de una forma especial. Dotar a un negocio de un aroma propio puede marcar la diferencia. Un olor puede hacer único un lugar, una experiencia o una marca.
Recurriendo a especialistas en marketing olfativo aseguras un aroma único que va a diferenciarte en el mercado.